lunes, 11 de abril de 2011

Encuentro estudiantes en Prado del Rey


En el comentario de esta semana debemos de poner nuestra experiencia en el III Encuentro de estudiantes en el que participamos el pasado Viernes en Prado del Rey junto con otros institutos de la provincia y de Sevilla.

Íbamos para exponer nuestro trabajo “Para muestra un botón” del que ya he hablado anteriormente y que, para resumir un poco, trataba de un video donde cada uno de los integrantes de nuestro grupo salían relatando la vida de un personaje (normalmente su propio abuelo) en la época contigua a la guerra civil española.
En éste se reflejaba muy bien el hambre que pasaban y las mentalidades de la época, ya que, además de los hechos que nosotros relatábamos también aparecían fragmentos de documentales e imagines reales.

A todo el mundo le gustó mucho porque resultaba muy emotivo y hacía que se te pudieran los bellos de punta. Además del video también hicimos una jornada escolar vestidos como gente de esos años en nuestro instituto compartiendo la media hora del recreo juntos comiendo comida típica y también con los utensilios y maneras tradicionales.
La cara que tenían los alumnos cada vez que nos veían pasar por primera vez era idónea para una foto porque no se esperaban algo así y para los que pensaban que sólo estábamos de carnaval, pues la fecha en la que lo desarrollamos era cercana a esta fiesta, le dábamos una Lengua Trapera que explicaba muy bien por qué hacíamos esto, reivindicando el derecho de la mujer y haciendo una conmemoración a todos aquellos que tuvieron que pasar tanta hambre y fatiga para mantenerse ellos y sus seres queridos.

Lo que no sabíamos era que después de esto también íbamos a ir al Encuentro que a mí personalmente me ha gustado mucho.

Llegamos sobre las 09:35 de la mañana y lo primero que hicimos fue entrar en el teatro donde a cada uno nos dieron una pegatina con nuestro nombre para que nos las pusiéramos en el pecho y así poder relacionarnos con los demás alumnos más fácilmente junto con un pañuelo azul con una S blanca dibujada.

Después de que esperásemos a que todos los participantes llegasen en la parte exterior tomamos asiento y empezó el evento.
Hubo un trabajo en especial, el que realizaban un grupo de chicos que había ido a Austria para ver un campo de concentración, Mauthausen, que me gustó mucho y que de verdad hizo que me conmoviese pues expresaban muy bien cómo se habían sentido pisando el suelo donde años antes habían muerto tantos en manos de los nazis.
Y además culminaron su exposición con una poesía verdaderamente bonita.

A nosotros nos tocaba después del descanso así que en la media hora que nos dieron nos comimos nuestros bocadillos sentados en los bancos y entramos a los camerinos para ponernos la ropa con la que saldríamos al escenario. Había que vernos todas las niñas riendo mientras nos cambiábamos y nos ayudábamos unas a otras a arreglarnos el pelo, subir cremalleras y demás.

Luego cuando todos estuvimos listos nos volvimos a sentar en nuestros asientos intentando disimular los nervios que sentíamos al ver que todos los demás alumnos, conforme iban llegando, nos señalaban y hablaban entre ellos extrañados.
Más de uno optó por no sentarse a nuestro lado supongo que porque temían que lo sacásemos a ellos también con nosotros.

Cuando llegó nuestro turno, todos despacio y en silencio nos subimos al tablado y nos colocamos en los sitios que anteriormente nos habían sido designados. La gente nos contemplaba expectantes mientras Miguel explicaba cuál había sido el desarrollo de nuestro proyecto, la ilusión con la que lo habíamos preparado y comentaba otros perfomances de años anteriores para que entendiesen el motivo de nuestro trabajo.
La pena era que Manuel Ángel, que nos ayudó mucho no había podido asistir pero no se olvidó de nombrarlo y en su lugar nos acompañó Juan Carlos que también tuvo unas palabras con los que nos escuchaban.

A continuación de esto se pasó a poner nuestro video que desafortunadamente por un error del presentador fue cortado antes de tiempo y por lo que nos enfadamos un poco pero cómo vimos que se arrepentía, o mejor dicho, el pobre no sabía dónde meterse de la vergüenza lo perdonamos y nos lo tomamos bien.

En el parón que teníamos para almorzar fuimos a un bar donde almorzamos y charlamos tranquilamente en la terraza y después de esto, nos sentamos en una heladería donde nos pasó una anécdota muy curiosa.

El dueño del local nos preguntó de dónde veníamos y después de decirle que éramos de Paterna nos estuvo contando que allí tenía a un buen amigo llamado igual que él al cuál había conocido en la mili y al que tenía mucho cariño y agradecimiento pues se había portado muy bien con él e incluso le había dejado intercambiar sus semanas de permiso según mejor le conviniese en el aquel momento.

Cuando después de darnos detalles sobre su ex compañero por fin supimos de quién hablaba el anciano se puso muy contento y le dio su número de teléfono a una de nosotras para que se lo diese al señor y así poder ponerse en contacto.
Él había estado antes en Paterna pero desafortunadamente nunca habían podido coincidir más.
Contentas por haber conseguido que ese hombre recordara esos buenos momentos gracias a esta casualidad volvimos con los demás de nuestro grupo y se lo contamos mientras nos resguardábamos a la sombra de unos árboles en una placita y nos peleábamos de broma para ver quién conseguía sitio en el banco.

Cuando finalizó el descanso volvimos de nuevo al teatro donde nos fueron representadas dos obras de teatro la segunda las cuales, una adaptación de Los Girasoles Ciegos me gustó muchísimo y que casi me hizo llorar un poquito.

Y también presenciamos un concierto del grupo 5 Minutos que a todos nos encantó.
Por último dos alumnas de Prado del Rey nos cantaron varias canciones con unas voces realmente impresionantes y cerraron el Encuentro.

En los asientos de detrás de nosotros había un grupo de chicos que sacaban de los nervios a las chicas de nuestro grupo que se sentaban delante y enfrente había otros tanto que estaban todo el día peleándose y jugando entre ellos por lo que nos hicieron pasar los minutos que había entre actuación y actuación bien entretenidos.

Lo cierto es que cuando llegó la hora de irse sentí un poquito de pena porque me puse a pensar que lo más seguro es que no volviese a ver a todos los que había allí reunidos más pero aún así estuve feliz porque había sido una experiencia estupenda y que me gustaría mucho volver a repetir.Además, una vez que llegamos a casa a través de las redes sociales nos pudimos poner en contacto con varios chicos que habíamos conocido de vista.
Supongo que tendremos que darle la lata Miguel el año que viene para que nos lleve también al cuarto Encuentro pero eso ya se verá.


Una vez en el autobús nos dijeron que a los demás profesores les había gustado mucho nuestra exposición y los chicos habían aplaudido de verdad con entusiasmo, esto nos llenó de orgullo y nos sentimos muy satisfechos con todo lo que habíamos hecho desde principio de curso para que esto saliese adelante.
Verdaderamente fue un trabajo duro en equipo.

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