lunes, 6 de junio de 2011

...Feria Medina Sidonia...


Éste es el primer año que he ido a la feria de Medina y la verdad es que creo que a partir de ahora voy a repetir mucho. El primer día que estuve fue el jueves con los demás de mi clase. Después de pasar cinco largas horas en el instituto pudimos salir a la una y media y cargando nuestras maletas bajamos la cuesta hasta el Prado donde las pudimos dejar en casa de Paula que se ofreció a guardárnosla.

Una vez que nos reunimos, todos almorzamos en una caseta de allí y luego estuvimos dando vueltas hasta las siete de la tarde cuando mi padre vino a recogernos a unos amigos y a mí.

Durante ese tiempo nos montamos en algunas atracciones como el Pulpo, nos echamos muchas fotos, saludamos a los maestros que habían venido entre los que estaban Manuel Ángel, Pilar o José Ángel y bailamos un poco en las casetas donde se improvisó hasta una conga.
También al final de la tarde pasamos por los pequeños puestos y unos cuantos nos compramos unas pulseras y colgantes como recuerdo.

La tarde se me pasó volando entre risas y bromas y aunque hizo mucho calor y la mayoría terminamos con la cara quemada estoy deseando que podamos volver a pasar un rato así todos juntos.

Y el otro día que estuve allí fue el viernes por la noche en el que también me lo pasé estupendamente. Nada más llegar nos subimos a los Toros Locos… creo que no he rodado más en mi vida.

Sin parar de reír nos agarrábamos unos a otros intentando, sin éxito, no caernos y sin querer casi dejo sin ojo a un amigo al que además le hice un rasguño en el codo. Me hizo sentir culpable pero después me cargué mi reloj al intentar levantarme y, como se rió de mí y de lo patosa que era, ya me di por perdonada.

Después de esto di unas cuantas vueltas por el recinto con mi hermana pequeña que nos acompañaba donde tuve la oportunidad de saludar a mucha gente que conocía del instituto y también ver a otros amigos que, al igual que nosotras, habían querido pasarse la noche en la feria y olvidarse un poco de los exámenes a los que nos vamos a enfrentar en los próximos días.

También me subí varias veces en los Coches de Choque gracias a los que al día siguiente me salieron cardenales de todos los tamaños y colores en las piernas. Pero que la verdad es que valieron la pena porque hacía mucho que no me reía tanto.

La noche, al igual que pasó el jueves, se terminó muy deprisa pero lo que no me imaginaba era que al volver al coche para ir a Paterna me enfrentaría con otra clara prueba de lo torpe que puedo llegar a ser.

Por culpa de no mirar por dónde iba le di con el pie a una botella rota y entre una cosa y otra me vi pasando de la Feria al centro médico de mi pueblo donde me tuvieron que coger un punto y a mi hermana pequeña, a la que le había dado sin querer, tres.
En conclusión fue una noche completita pero aun así estoy deseando que lleguen las fiestas de Paterna para volver a repetirlo todo… aunque, claro está, la parte final preferiría ahorrármela.

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