lunes, 15 de noviembre de 2010

...Al otro lado de la alambrada...


El libro “El niño con el pijama de rayas” me ha parecido una novela histórica fantástica, ya que te relata con todo lujo de detalles cómo se vivía en aquellos años pero, a la vez, contándote una historia muy entretenida y emotiva.
Llama mucho la atención el punto de vista inocente de su protagonista y narrador el pequeño Bruno, un niño hijo de un comandante del ejército nazi destinado al campo de concentración de Auschwitz, y como nos dice todo lo que pasa a su alrededor pero sin entenderlo del todo bien. Él nunca podría imaginarse que su padre le estuviera haciendo esas cosas a los judíos del campo ya que pensaba firmemente que todos aunque se encontraran dentro o fuera de la valla eran iguales.
También es muy bonita la relación que se va formando poco a poco entre el pequeño y su amigo de detrás de la alambrada Shmuel. Cómo se cuentan sus cosas y descubren todas las características comunes entre ambos y va surgiendo una inquebrantable amistad que solo la muerte es capaz de romper.
La historia de estos dos niños me conmueve de manera especial ya que sé que en una buena parte no es ficticia. Aunque ahora nos cueste digerirlo en nuestra mente, no hace mucho había una serie de individuos que se dedicaban a matar a pobres inocentes a placer con el único argumento de que eran “diferentes” y tenían que limpiar su país de animales como ellos.
Conocer los millones de muertos, muchos de ellos niños pequeños completamente ignorantes de lo que sucedía a su alrededor, te hace pensar en cómo unos ideales sacados de la manga pueden repercutir como repercutieron entre toda la población y si, si en estos tiempos se presentara otro Hitler pero con un rostro y un nombre diferente lo seguiríamos como a él, engañados por su avaricia y mente racista e irracional.

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